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Bullying escolar LGBTIQ en el Perú



AVANCE TÍMIDOS, RESULTADOS NULOS

Este artículo no es la reunión de estadísticas de numerosos estudios. Tampoco una recopilación de testimonios en búsqueda de credibilidad, porque cualquier persona que haya pasado por un aula escolar sabe perfectamente que entre las víctimas más vulnerables de la desigualdad de derechos dentro del sistema educativo peruano están les niñes y adolescentes LGBTIQ+.


Este grupo de la población escolar es víctima de ataques físicos y psicológicos durante la construcción de su identidad dentro de un espacio que debería ser seguro y de formación, no solo por otros estudiantes, sino también por personal docente y autoridades educativas.


Los niveles de violencia a los que son sometidos afectan el desarrollo libre de su personalidad, el fortalecimiento del autoestima, y les exponen a las mal llamadas “terapias de conversión”. Estas prácticas son avaladas por el Estado al no estar prohibidas pese a que está comprobado científicamente que son dañinas y que las personas no pueden cambiar su orientación sexual o identidad de género.


El resultado de no poder generar medidas que sancionen con dureza el bullying escolar LGBTIQ+ es que cada vez más adultos dentro de la diversidad reportan problemas de salud mental, condiciones que no podrán ser resueltas con facilidad debido a que además existe un nulo compromiso de las instituciones, psicólogues y psiquiatras en incorporar el respeto a la identidad de género y orientación sexual de las personas a través del enfoque afirmativo.



REALIDAD QUE DUELE

Más del 70% de estudiantes gays, lesbianas, bisexuales y trans se sienten insegures en sus escuelas debido a su orientación sexual y sufren acoso verbal. Ni siquiera la presencia de maestros y maestras genera sensación de justicia o seguridad. De acuerdo con el Estudio sobre Clima Escolar en el Perú publicado el 2016 por Promsex, la situación es aún más complicada porque los docentes y las autoridades escolares no están preparados para combatir estas vejaciones. En lugar de sancionar a los agresores, apuntan a la revictimización e incluso aseguran que la víctima merece lo que le ocurre por transgredir los estereotipos de género y exigen un cambio en su actitud. Prueba de ello es que el 43% de encuestados del mismo estudio señala que no fue protegido por su docente cuando este fue testigo de una agresión homofóbica.


La desconfianza y la sensación de impunidad llega a niveles preocupantes. Solo hace unos años atrás, en el colegio Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, en Arequipa, cuatro escolares ingirieron pastillas con el propósito de suicidarse porque ya no soportaban el acoso de sus compañeros de clase. Una de ellas era víctima de bullying lesbofóbico. Como respuesta inmediata, las autoridades educativas decidieron expulsar a las cuatro involucradas en lugar de castigar a sus agresores.


El Estudio sobre Clima Escolar en el Perú, que recoge el testimonio de 321 estudiantes LGBT entre 14 y 17 años de veinte regiones del Perú, nos muestra que frente a este tipo de arbitriariedades, no hay un espacio a dónde acudir en búsqueda de justicia y reparación. El 72% de estudiantes declaró no conocer ningún programa o grupo de apoyo para personas LGBT y el 74% aseguró que no existe ninguna política para denunciar casos de acoso en su colegio. No sorprende entonces que el informe Estado de Violencia diagnóstico de violencia LGBTIQ en Lima arroje que el tercer espacio donde más se registran agresiones homofóbicas sean las instituciones educativas.



CÓMO DETENEMOS ESTO

¿Por qué el bullying LGTBIQfóbico ocurre? De acuerdo con el estudio “Era como ir todos los días al matadero...: El bullying homofóbico en instituciones públicas de Chile, Guatemala y Perú” de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, la raíz de la problemática es la falta de información del alumnado y del profesorado. Según este informe, los estudiantes tienen ideas falsas sobre la orientación sexual y la identidad de género, temas en los que no se forman durante su etapa escolar. El solo hecho que asocien la homosexualidad masculina con lo femenino y a homosexualidad femenina con lo masculino prueba la necesidad de insertar el enfoque de género en los colegios. Lamentablemente, en el Perú, cualquier iniciativa que esté interesada en incluir este concepto en la Currícula Nacional Escolar es enseguida bloqueada y petardeada desde el bloque conservador del Congreso de la República.



AVANCES EN LA REGIÓN

En Uruguay, el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) a través del Departamento de Género en las Políticas Distributivas y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y la Red de Género y el Programa de Educación Sexual, presentó hace unos años la guía “Educación y Diversidad Sexual”. Se trata de un material que brinda herramientas conceptuales y metodológicas a docentes y otros profesionales de la educación para saber cómo abordar la diversidad sexual en el ámbito educativo. El texto incluye material de capacitación en: sexo biológico, identidad de género, expresiones de género y orientación sexual.

Guía de diversidad sexual de Uruguay

Por su parte, en Argentina, el Ministerio de Desarrollo Social ha creado programas para generar espacios inclusivos de formación sobre diversidad sexual para maestros y maestras, donde se abordan temáticas como educación sexual integral, leyes de inclusión y el fortalecimiento de personas LGBT y sus familias.


En Colombia, en medio de un polémico debate, se entregó a los rectores de centros educativos la cartilla "Ambientes escolares libres de discriminación”, un manual de convivencia que surgió como iniciativa tras el suicidio de Sergio Urrego, un joven de 16 años víctima de bullying homofóbico. El documento consta de 34 preguntas dirigidas a los rectores para que establezcan si los manuales de sus escuelas promueven o admiten conductas discriminatorias por orientación sexual e identidad de género. La cartilla también tiene información sobre identidad de género y orientación sexual y claves para combatir la homofobia en los centros educativos.


¿Y EL PERÚ?

A diferencia de estos países, en en Perú la situación sigue en pañales. De las iniciativas emitidas por el Ministerio de Educación del Perú, ninguna ha sido concreta o ha logrado mantenerse en vigencia con el paso de los años.

Carátula de la guía del MINEDU

Por ejemplo, en 2011 el Estado aprobó la Ley N° 29719, “Ley Antibullying”, que buscaba promover la convivencia sin violencia en las instituciones educativas. Sin embargo, el documento no hacía ninguna referencia a la orientación sexual, la expresión o la identidad de género como motivos de violencia.


Recién en el año 2012, se aprobó el primer documento del MINEDU que menciona específicamente el bullying homofóbico en la Guía para la Prevención e Intervención Educativa frente al Acoso Escolar.


En 2013 se complementa esta iniciativa con el Sistema “SíseVe”, sistema digital especializado en reportes de casos sobre violencia escolar que permite a víctimas y testigos denunciar casos de bullying, que sí contempla la variable de orientación sexual y reconoce la violencia también puede ser ejercida por el profesorado. Sin embargo, incluso con la existencia de este portal, no se tiene información sobre los casos reportados, las medidas reparativas ni los avances del Estado en la materia.


En julio de 2016 ocurre un paso importante. El Estado peruano, a través del MINEDU, firma el “Llamado a la acción global para prevenir y eliminar la violencia homofóbica y transfóbica en las escuelas”, impulsado por la UNESCO. Y un año después, ocurre la más importante intención de revertir el panorama del bullying escolar por discriminación a la orientación sexual e identidad de género: la resolución ministerial 281-2016 MINEDU, firmada en su momento por el ministro Jaime Saavedra, donde se indicaba la introducción de temas de enfoque de género en la Currícula Nacional Escolar del 2017.


La resolución incluía puntos importantes, como la necesidad de proteger el desarrollo de la identidad y motivar a los alumnos a relacionarse bajo un marco de derechos, sin discriminar por género u orientación sexual y sin violencia. Lamentablemente, la reacción del conservadurismo fue la búsqueda de eliminar “cualquier iniciativa que busque poner en peligro a la familia al introducir conceptos como el homosexualismo en la educación”. Las comillas son porque grupos cristianos utilizaron estas palabras para censurar este importante paso a la igualdad.


Como se observa, el país está lleno de intenciones, pero los esfuerzos realizados presentan todavía muchas deficiencias y carencias. Por ejemplo, en ninguno de estos intentos se aborda de forma clara y visible la identidad de género como motivo de discriminación y acoso escolar, y tampoco están articulados para generar estadística que permita visibilizar la magnitud de la problemática para la población trans.


Vale entonces preguntarse cuánto más falta para que finalmente el Perú proteja verdaderamente a todas las infancias y adolescencias. Si según el artículo 2 de la Constitución del Perú, "toda persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar”, ¿Por qué este derecho no puede ser ejercido por las niñeces y adolescencias LGTBIQ+ y por qué el Estado no les protege?

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