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Amor y barreras: Un San Valentín sin derechos

Amor y barreras. Al fondo se ve al congreso de la república amarrando a Cupido mientras que al frente dos jóvenes intentan estar juntos pero una reja se los impide

Muchas parejas celebran hoy San Valentín con regalos, comidas o viendo una película. El amor entre todas las parejas puede ser igual, pero todas no son iguales ante la ley.


La realidad hoy es que Perú no tiene un régimen legal para las parejas del mismo sexo. Ni unión civil ni matrimonio civil, ni ninguna figura similar. Esto genera una serie de desprotecciones que abarcan situaciones que van desde lo tributario, la propiedad sobre bienes, la herencia y, por supuesto, los temas laborales. 


Vayamos un paso atrás, han sido numerosos los proyectos de ley que se han presentado en el Congreso para solicitar un régimen de protección para las parejas del mismo sexo. Al menos desde el año 2013, más de 5 proyectos de ley, de matrimonio o unión civil se han presentado en más de tres periodos distintos. Ninguno de ellos ha superado el debate en Comisiones, primer paso del debate legislativo. Ante esta desprotección, muchas parejas han optado por viajar al extranjero y celebrar su matrimonio en países donde estas figuras se encuentran reconocidas. Sin embargo, la respuesta a nivel judicial también ha sido negativa. Pese a que en estos litigios no se solicita la celebración de un matrimonio en Perú, sino el reconocimiento de un acto celebrado válidamente en otro país, el Tribunal Constitucional en al menos tres casos ha denegado este tipo de inscripciones. Esto ha generado una mayor situación de incertidumbre y desprotección a las parejas. 


Pero cuando hablamos de desprotección ¿de qué hablamos? En el ámbito del trabajo a nivel legal hablamos primero de la afiliación a un seguro de salud. Cuando una persona es incorporada en la planilla de una empresa u organización, es también afiliada al Seguro Social de Salud (EsSalud). Si el trabajador está casado con una persona del sexo opuesto, y esta no cuenta con afiliación por sí misma, la pareja podrá ser inscrita como “derechohabiente” en EsSalud y recibir así la protección de su salud. Sin embargo, dado que EsSalud se remite a las normas del Código Civil para el reconocimiento del matrimonio, esto no es posible con las parejas del mismo sexo. 


Esta situación tampoco cambia si el seguro es privado. Cuando el trabajador/a, adicionalmente cuenta con el seguro contratado mediante una Empresa Prestadora de Salud (EPS) tampoco se podría realizar la inscripción, pues este seguro sigue las mismas reglas que el de EsSalud. 


Algunas empresas han optado por contratar un seguro adicional; sin embargo en estos casos las empresas deben asumir un costo adicional. Por ejemplo, de acuerdo con la normativa tributaria, si una empresa asume el costo de los seguros de salud de los cónyuges, podrá deducir dicho monto del pago de impuesto a la renta. Sin embargo, nuevamente, dado que el Código Civil irradia a la norma tributaria, únicamente se podrá deducir el impuesto por el costo del seguro del cónyuge, es decir del sexo opuesto; y no de la pareja del mismo sexo sin reconocimiento legal.


Este es solo un aspecto muy puntual y específico: el impacto en la seguridad social de las personas LGTBIQ trabajadoras en planilla. Sin embargo, los efectos de la desprotección abarcan muchísimas cosas más. La situación de precariedad sigue presente en el día a día de muchísimas parejas peruanas, incluso de aquellas que han logrado viajar para tener un símbolo de (falsa) protección. El panorama es aún mucho más ensombrecedor cuando se suma la variable de identidad de género a la ecuación. Es decir, cuando una de las personas que conforma la pareja es trans (o ambas lo son). En dicho supuesto, además, la pareja enfrenta la falta de reconocimiento de la identidad y todas las situaciones de discriminación que ello conlleva. 


Es indispensable que el Estado peruano brinde una protección a las parejas del mismo sexo, idéntica a la protección que recibe cualquier pareja que se ama y decide conformar una familia y puedan dejar de pasar un San Valentín sin derechos. Desde Más Igualdad Perú seguiremos luchando para lograr esa situación de igualdad y reparación indispensable para los millones de peruanes LGTBIQ+.


 

Sobre el autor:

Bruno Fernández de Córdova

Coordinador de comité político de Más Igualdad Perú y abogado constitucionalista, con más de 8 años de experiencia, cuenta con especializaciones en gestión pública y derechos humanos. Previamente se ha desempeñado como abogado, coordinador de incidencia política y director ejecutivo de Más Igualdad Perú. Ha publicado diversos artículos sobre derechos humanos de personas LGTBIQ+. Ha sido clave para organizar el relacionamiento de la organización con entidades de gobierno, brindar asesoría a personas víctimas de violencia o discriminación y capacitar a funcionarios públicos en temas de derechos humanos, género y diversidad sexual.

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